Los tumores cerebrales y espinales en la edad pediátrica son un grupo diverso de neoplasias que pueden afectar a los niños. Constituyen los tumores pediátricos más frecuentes tras las leucemias.
Estos tumores pueden ser primarios, es decir, originarse en el tejido cerebral o espinal, o secundarios, resultantes de metástasis de otros tipos de cáncer.
Tumores cerebrales más comunes:
- Astrocitomas: Son tumores que se originan en los astrocitos, un tipo de célula en el cerebro. Pueden variar desde formas de bajo grado (menos agresivas) hasta astrocitomas de alto grado, como el glioblastoma (afortunadamentemuy raro en la edad pediátrica).
- Meduloblastomas: Son tumores malignos que se encuentran comúnmente en el cerebelo y son más frecuentes en niños pequeños. Son altamente invasivos y pueden diseminarse a otras partes del sistema nervioso central.
- Ependimomas: Tumores que se desarrollan en las células ependimarias que recubren los ventrículos del cerebro y el canal central de la médula espinal. Pueden ser de bajo o alto grado.
- Tumores de la glándula pineal: Incluyen el germinoma y otros tipos de tumores que afectan la glándula pineal.
Tumores espinales más comunes:
- Astrocitomas espinales: Similar a los astrocitomas cerebrales, estos tumores pueden ocurrir en la médula espinal y pueden ser de bajo o alto grado.
- Ependimomas espinales: Tumores que se desarrollan en la médula espinal, normalmente en la región lumbar o sacra.
- Neuroblastomas: Aunque se originan principalmente en las glándulas suprarrenales pueden extenderse hacia la columna vertebral y la médula espinal y son más comunes en niños pequeños.
Síntomas
Los síntomas de los tumores cerebrales en niños pueden variar según la ubicación y el tipo de tumor, pero pueden incluir:
– Dolores de cabeza persistentes, que pueden empeorar por la mañana.
– Náuseas y vómitos.
– Cambios en la visión, como visión borrosa o doble.
– Alteraciones en el equilibrio y la coordinación.
– Cambios en el comportamiento o el desarrollo.
– Crisis convulsivas.
– Debilidad o parálisis en una parte del cuerpo.
– En niños pequeños macrocefalia y fontanela tensa por el aumento de la presión intracraneal
Los síntomas de los tumores espinales en niños pueden incluir:
– Dolor de espalda persistente.
– Debilidad o entumecimiento en las extremidades.
– Dificultad para caminar o mantener el equilibrio.
– Cambios en la función intestinal y vesical.
– Deformidades en la columna vertebral, como escoliosis.
Diagnóstico
El diagnóstico de tumores cerebrales y espinales en niños generalmente implica:
- Historia Clínica y Examen Físico: Un médico evaluará los síntomas del niño y realizará un examen físico para detectar signos de problemas neurológicos.
- Imágenes Diagnósticas:
– Resonancia Magnética (IRM): Es la herramienta más utilizada para visualizar tumores en el cerebro y la médula espinal, proporcionando imágenes detalladas.
– Tomografía Computarizada (TC): Puede ser utilizada en situaciones de emergencia o para evaluar lesiones.
- Biopsia: En algunos casos, puede ser necesario realizar una biopsia para confirmar el tipo de tumor y su grado de malignidad.
- Punción lumbar: puede ayudar para averiguar los marcadores de algunos tumores y/o para realizar un estudio citológico ante la sospecha de diseminación de un tumor a través del líquido cefaloraquídeo.
Tratamiento
El tratamiento de los tumores cerebrales y espinales en niños puede incluir:
- Cirugía: La resección quirúrgica del tumor es a menudo el primer paso en el tratamiento. El objetivo es eliminar la mayor cantidad posible del tumor, especialmente si es resecable.
- Radioterapia convencional o Protonterapia: Puede ser utilizada después de la cirugía para destruir las células tumorales restantes o como tratamiento primario en tumores que no son quirúrgicamente resecables.
- Quimioterapia: A menudo se utiliza en tumores malignos, especialmente en casos como el meduloblastoma y el neuroblastoma. La quimioterapia puede ser administrada antes (neoadyuvante) o después (adyuvante) de la cirugía, dependiendo del tipo y grado del tumor.
- Tratamientos Dirigidos e Inmunoterapia: En algunos casos, se están investigando tratamientos dirigidos a mutaciones específicas en las células tumorales, así como terapias que utilizan el sistema inmunológico del cuerpo para combatir el cáncer.
Pronóstico
El pronóstico para los tumores cerebrales y espinales en la edad pediátrica varía ampliamente según varios factores, incluyendo:
– Tipo de Tumor: Algunos tumores tienen un pronóstico más favorable que otros. Por ejemplo, los astrocitomas de bajo grado generalmente tienen mejores tasas de supervivencia que los meduloblastomas o ependimomas de alto grado.
– Localización: La ubicación del tumor puede influir en la capacidad para realizar una resección completa y en la posibilidad de diseminación.
– Edad del Paciente: En general, los niños más jóvenes tienden a tener un pronóstico más desafiante, aunque esto puede variar según el tipo de tumor.
– Respuesta al Tratamiento: La respuesta inicial al tratamiento (cirugía, quimioterapia, radioterapia) es un indicador importante del pronóstico a largo plazo.
¿Cuándo consultar al neurocirujano?
Los tumores cerebrales y espinales en la infancia son condiciones complejas que requieren un enfoque multidisciplinario para su diagnóstico y tratamiento. La detección temprana y un manejo adecuado son fundamentales para mejorar los resultados y la calidad de vida de los niños afectados. La investigación continua en tratamientos y enfoques terapéuticos también es crucial para avanzar en el tratamiento de estas neoplasias.
Si se sospecha un tumor cerebral o espinal en un niño, es vital consultar a un neurocirujano pediátrico y a un especialista en oncología pediátrica para obtener una evaluación adecuada y un tratamiento oportuno.